Ahora si estoy en Croacia

Se que despisté a algunos con esa escapada a Bosnia, pero la experiencia estuvo buena.

Ahora viene el tiempo de las islas, el sol y el mar.
El primer dia, luego de conseguir una sobe (cama) a pocos metros de la Terminal de Buses y del Puerto, salgo a caminar.

Voy al Palacio de Dioclesiano, recorro las calles, las ferias, escucho un coro que canta en la Iglesia del Palacio. Disfruto de un atardecer espectacular.

Al otro dia voy temprano al puerto, cambio Euros por Kunas, la moneda que se usa en este pais, y que ya habia tenido que usar en el barco en que cruce el Adriático.Por cada Euro me dan 7,20 Kn.
Compro un tiquet y salgo para Hvar en otro barco de la línea de Ferrys.
Al llegar un sorpresa: el barco me deja en el medio de la nada: hacia la izquierda (a 2 km) hay un pueblo llamado Stari Grad y la ciudad de Hvar esta a 15 km a la derecha..

Dado que no hay bus hasta esa ciudad, hablo (en ingles) con un hombre que vive en Zagreb, dueño de barcos, quien se apiada de mi y me lleva en su auto hasta esa localidad.

El lugar es hermoso, pero el bus sale hacia Hvar a la tarde, asi que me relajo y disfruto el lugar.

Conozco a dos viejos que  trabajando en barcos han ido varias veces a Argentina, hablamos un poco en español, uno me muestra las papas que cosecha y el romero con el que hace un aceite para hacer masajes después de la ducha. Su nombre es Ivan, y me explica que en español es Juan. Un lindo viejo, una linda charla, un lindo paseo.

Camino por la costa, y finalmente llego a una playa, donde tomo sol, me baño en agua tibia y transparente y almuerzo. Por suerte, cuento con el regalo de Piuke, que me es de gran ayuda en este viaje.

A la tarde voy a la Terminal de Buses, donde conozco a una pareja de Quebec, y una nena de Australia, charlamos un montón, en ingles, claro.
Los canadienses me regalan un caramelo de su país, con la forma de la hoja que tienen en su bandera.