miércoles, 15 de junio de 2011

Los botones que suben a mi mochila

En Córdoba me esperaban buenas noticias, en relación a mi Colección de Botones del Mundo.



Virginia me regala varios.
Me encantaron los artesanales, hechos por ella.








Diana me regala unos de nácar (de mis preferidos),
que habían sido de su suegra, y tal vez traídos por
la familia desde Italia.

Truyi, como en todos sus viajes, esta vez aporta varios de Canadá, los primeros de ese país que integran mi Colección.













Parece que de Buenos Aires no me llevo ninguno, pero sigo en el próximo destino.






 Maria Gracia, la nona de Emilia, en su casa de Gallicano (cerca de Roma) tenia éste de nácar y varios otros que se suben en la mochila.





En Bosnia una monja (si, una monja!!!) de un convento franciscano me regala algunos que, sin ser particulares, no parecen ser precisamente de ropa de mojas. Los recibo con alegría, los agradezco y no pregunto nada.




Luego en Split  Slavica, una mujer bosnia que vive alli hace unos 10 años, me regala estos.













A través de ella misma consigo otros
de una amiga suya



Y en Stari Grad (en la isla de Hvar) Ivan me regala los más sencillos, cortados de una camisa, entre papas recién cosechadas, ramas de romero e historias de barcos, puertos y aceites para masajes.








En Bilbao suben a la mochi algunos mas:
los que me regala Douglas, un chico de
Escocia











y los que compro en el Corte Ingles










Pocos días después comienzo el Camino de Santiago, y en Puente la Reina Koké, un viejo de barba blanca me hace y me regala uno de un árbol llamado "Boj".




El camino no es muy generoso en botones, como en el anterior viaje a Europa, pero otros suben a mi mochila.

En Logroño puedo comprar varios, y muy bonitos: 

pintoresco

flor tallada en el material del botón



Peter me trae desde Holanda otros más, los primeros que tengo de ese país:







Cuando viajo por Galicia, unas piezas realmente valiosas se suman a mi colección, de la mano de una mujer hermosa, en pleno Casco Antiguo de Santiago de Compostela.

Uno muy raro, de 6 orificios para coser

varios de distintos diseños

y uno muy, muy antiguo...







Y en la Feria Medieval en 
Betanzos le compro a un artesano 
varios hechos con madera de olivos.


De Galicia me voy a Salamanca. Allí, y con la misma pasión de siempre, busco hasta encontrar algunos que me gustan

por el tipo de material con que están hechos

o su diseño

 
 
De mi paso por Madrid, a unos pasos de la Puerta del Sol, encuentro algunos mas
de madera calada

de nácar, pintados

de pasamanería

En esta ciudad el señor que me los vende se sorprende de mi colección, ya que no conoce ninguna de este tipo.


En mi próximo destino, Toledo, logro conseguir los últimos del viaje. Hacerlo me costó (además de varios euros), un buen tiempo de caminata.
Alonso, el anticuario que me los vende, por una callecita muy linda, cerca de la Casa del Diamantista, no estaba por la mañana, cuando mapa en mano llegue a su Rastro. Debí volver a la noche, después de la cena, para conseguir estos




3 comentarios:

  1. qué hermoso el de la señorita con anteojos!!!!!

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  2. Hola, acabo de ver "mis" botones de madera de olivo que compraste en Betanzos en internet. Vaya coleccion que tienes....
    Me alegro mucho que te gustan.
    Un saludo desde Chert (CS) de Oliver de Los Oliveros Artesania en madera de olivo.
    www.losoliveros.es

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