miércoles, 27 de julio de 2011

Llegada a Valencia, entre incertidumbres y un personaje

Llego a Valencia al mediodía,  cosa un poco extraña en este viaje.

Esto me da tiempo a tomar un autobús hacia el centro, a buscar donde dormir.

En el Albergue Juvenil me discriminan por tener mas de 30 años (aunque tenga mi carné de alberguista).

Me da un poquito de bronca, pero mejor no malgastar energías en ello.

La Oficina de Turismo será mi albergue temporario: me dan información, converso con dos empleadas, me conecto a internet.... como unas almendras y descanso...

Hasta que en un momento veo llegar a un personaje muy especial, con quien azarosamente compartiré tres inolvidables días.
Es Isi, un hombre de Tenerife, de edad incierta, piel un poco oscura y ojos claros.
A los pocos minutos me contaría que es "guanche", descendiente de los antiguos habitantes aborígenes de la isla de Tenerife.

Luego también sabría que este pueblo probablemente sea de origen bereber, y que habitaban las Islas Canarias antes de la llegada de los españoles allí. Esto ocurre en el siglo XV, poco antes de la llegada también a América.

Vaya coincidencia !!!! dirían los Les Luthiers...

Pero así ocurrió: una latinoamericana y un guanche sueltos en Valencia!!!!

Isi es la persona más honesta, sencilla, afectiva y hermosa que he conocido en mi viaje.
Me cuenta que es analfabeto, porque a la edad en que otros niños jugaban e iban a la escuela, él debía trabajar.
Lo  dice con cierto dolor, pero sin resentimientos, y agrega que hace poco ha comenzado a ir a la escuela. Me pregunto, sin decírselo, en qué lo ayudará su escolarización...



No he guardo de él ni una foto, ni una dirección, ni un teléfono.

En cambio si me ha quedado el  deseo de conocer su isla, su lugar, sus plantas de plátano, ese mundo que él tanto ama y que tan bien me describiera, solo con palabras y dibujos en la tierra o la arena.

El vive en mucha armonía con la tierra, se emociona sin censuras con lo que quiere.
Este es  su primer viaje fuera de la isla, y dice que la ciudad lo agobia, prefiere los sitios pequeños y tranquilos.


Como compartimos totalmente esta preferencia, huimos del ruido de la gente, de los autos, de los grandes centros comerciales 


y a horas poco convencionales disfrutamos del tibio mar,



de alguna plaza,



de las palmeras de la ciudad...



Tomamos Orchata, una bebida fresca, típica de Valencia, que se fabrica con un fruto seco (es un tubérculo) llamado "chufa".  Parece que hace varios siglos que se la bebe, y como muchas otras cosas tiene su leyenda.

Comimos y dormimos poco, nos ayudamos mucho, y seguimos viaje, cada uno con sus sueños en la mochila.

Un loco lindo, un tipo sencillo,  que probablemente nunca más vuelva a ver.
Pero que dejó en mi alma la marca de los verdaderamente importantes, aunque sean seres anónimos en un mundo tan despitucado (como diría Fernando Barraza por la radio CALF).

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