Es que es tan complicado el tránsito que hubo que dejar el auto en que fuimos a la entrada de la ciudad, así que llegué caminando, al menos 2 km.
Pude ver la cantidad de gente que estaba llegando, y compartí con algunos de ellos este tramo.
Puedo decir que no vi a nadie agotado, todos iban con buen ánimo.
La Catedral está en el casco antiguo de la ciudad. Entré por una puerta lateral,
es enorme!!!
La actual se comenzó a construir en el año 1075.
Los estilos arquitectónicos de la Catedral son: romano, barroco y gótico.
En 1985 fue declarado por la Unesco un bien Patrimonio de la Humanidad.
Ingresando por el ala izquierda, accedí
enseguida al lugar donde está el Sepulcro,
que según se cree es
del apóstol Santiago.
Después pude ver la nave central y las laterales. Hay muchísimas capillas: la de San Bartolomé, San Pedro, San Juan, del Pilar, de Mondragón, del Salvador, Nuestra Señora la Blanca, de la Concepción, del Espíritu Santo y otras.
En el centro de la nave central hay un botafumeiro, objeto de metal bañado en plata, que mide 1,60 metros de altura, y pesa 62 kg.
El actual fue realizado por el orfebre José Losada, en el año 1851.
Para encenderlo se le colocan 40 kg de carbón e incienso.
Es activado por un sistema de poleas, por 8 hombres.
Al salir por la puerta principal, me encontré con unas enormes escalinatas de acceso, de la que se tiene esta vista de la plaza
Y aqui estoy, en el exterior de la Catedral
Después estuve sentada un buen rato frente a la Catedral, meditando acerca de algunas cosas que me pasaron en este viaje.
Y para reponer fuerzas me tomé un café con torta de Santiago (con almendras, riquísima!)
También compré algunos botones, y volví a La Coruña.
Allí nos juntamos en un bar de la calle Barcelona (peatonal) con Eleine (de Estados Unidos), Mariña de Vigo (España) y Betta de Padua (Italia).
Aquí probé una "clara", cerveza mezclada con gaseosa.
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